Mi Otoño en Londres

Una de las ciudades más hermosas del mundo vestida de colores naranja, amarillo y café, mi sueño hecho realidad.

Desde que tengo memoria, he amado los colores del otoño y su magia. Podía imaginarme corriendo en las hojas, rodeada de árboles amarillos y con una brisa fresca en mi rostro, a pesar de que nunca había estado en otoño, ya que en nuestro país solo tenemos dos estaciones al año, solo me bastaba con cerrar mis ojos para sentir que estaba justo ahí en el Green Park jugando con las hojas secas y planeando qué manualidad hacer con ellas.

El otoño es una de las estaciones del año más coloridas y llamativas, no todos los países tienen la oportunidad de disfrutar de esta especial estación. En el otoño los días son más cortos, las plantas de hoja caduca empiezan el colorido proceso que terminará cuando pierda el total de las hojas, las cuales visten las calles y los parques con los diseños más chic del año.

Londres es más que la capital de Inglaterra, es una de las ciudades más hermosas del mundo, llena de tanta historia y atractivos turísticos, que es imposible no amarla desde el primer momento que pisas el Heathrow Airport. A finales de septiembre la ciudad de la Reina Elizabeth empieza a decirle adiós al verde para recibir ansiosa a las hojas amarillas y naranjas que tanto llaman la atención de los turistas.

Hace exactamente un año, leyendo La Chica del Tren, tomaba el tren a Londres todos los días junto a Rachel y fue así como empecé a amar, las casas estilo victoriano y la hermosa ciudad que recorríamos diariamente a bordo del tren. En ese momento viajé a Londres a través de mi imaginación, pero eso hizo que mi deseo por conocer aún más esta ciudad empezara a crecer en mi corazón a un ritmo acelerado.

Este año Dios me abrió las puertas y me bendijo con la oportunidad de viajar a Londres con mi esposo. No me lo van a creer, pero compramos el boleto 9 meses antes del viaje, aprovechamos una promoción en Iberia, pero yo estaba segura de que quería viajar cuando fuera otoño en Londres, así que me tocaba esperar bastante tiempo, no sé cómo logré manejar la ansiedad de que llegara el día de irnos e iniciar esta aventura.

Y llegó el momento, después de tanta espera, salimos de Costa Rica el viernes 20 de octubre a las 4:00pm, con una sonrisa que me delataba. Un viaje de 10 horas nos esperaba, había tenido un mes full de trabajo así que aproveché esas 10 horas para descansar, tuve una maratón de películas, empecé con Un Don Excepcional, seguida de Todo Todo y para terminar Maudie, El Color de la Vida, lloré demasiado con las tres, eso me ayudo a que me diera sueño, y claro ayudada con un inductor del sueño, me dispuse a dormir el resto del viaje. Teníamos que hacer escala en Madrid, así que cuando llegamos a Londres ya era sábado a las 3:00pm.

Es imposible no quedar boquiabierto con una de las ciudades más visitadas del mundo, estaba ahí al lado de mi esposo y su mejor amigo admirando cada calle, cada casa, cada parque, cada paso que dábamos era una experiencia cargada de emoción. La capital de Inglaterra alberga a miles de turistas en sus calles, asiáticos, indios, y muchísimas otras culturas se reúnen en esta ciudad, donde es fácil apreciar en cada esquina una expresión de arte, música, pintura, artes escénicas y muchísimas cosas más, te hacen sentir que estás en un museo de arte e historia al aire libre, todos queremos fotos en las cabinas telefónicas rojas, los grandes buses rojos y no hay quien no se vea atraído por lo extraño que resulta para nosotros, ver a los conductores del lado derecho del carro y los carros circulando por el carril izquierdo, por cierto, casi muero atropellada en Baker Street justamente por no mirar a la izquierda antes de cruzar.

Eran las 8:00pm en Londres, siete horas antes que la hora en Costa Rica, y aun bajo los efectos del jet lag, estábamos los tres sentados en uno de los Pub más lindos de la ciudad, Mabel´s Tavern, probando comida típica inglesa, probablemente la mejor hamburguesa que me he comido, Brie & Sun Dried Tomato Burguer, una torta hecha de zanahoria, culantro y cranberries acompañada de queso brie, salsa cremosa de pimienta y trozos de tomates secos. Asustados de lo costoso que es Londres salimos felices y satisfechos de lo delicioso que cenamos en uno de los mejores ambientes que he estado.

Amanece tarde por la época del año en que nos encontramos y sería un día lleno de nuevas experiencias, les aconsejo usar calzado cómodo, ropa abrigada y piernas listas para caminar muchísimo. Era el segundo día en Londres y tenía una sesión de fotos así que no había tiempo que perder, tenía que prepararme antes de la sesión, llevar conmigo la maleta con los outfit y disponerme a vivir uno de los spots más lindos que he tenido oportunidad de usar, una increíble ciudad vestida de naranja, amarillo y café.

“Mind the gap” en español cuidado con el hueco, una frase que escucharas en muchos metros de diferentes países, sin embargo, es originario del metro en Londres desde 1969, por cierto, uno de los mejores metros que he conocido, eran las 8:00 am y estábamos abordando la Picadilly Line, haciendo una parada previa en Holborn para probar un delicioso desayuno inglés y que mejor manera que en Patisserie Valerie, seguido de una visita rápida al colorido mercado Covent Garden, un ambiente muy familiar, es un espacio donde se pueden encontrar souvenirs y cosas hechas a mano, además de sitios para comer delicioso.

Después de visitar Picadilly Circus, seguimos con Leicester Square, era obligatorio tomar una foto frente a la estatua de Shakespeare, yo estaba ansiosa por jugar con las hojas de otoño así que la siguiente parada sería St. James Park, donde haría realidad mi sueño, no les puedo explicar la felicidad. Era momento de hacer cambio de outfit, así que el baño de un hermoso pub era mi siguiente destino, unos minutos y estaba lista para seguir, uno de los íconos más importantes de la ciudad de Londres estaba frente a nuestros ojos, el Big Ben, yo no lo podía creer, una foto que tenía que ser obligatoria pero que no pudimos tomar, ya que se encontraba en restauración y estaba cubierto por completo, teníamos que dejar de lado el Big Ben y seguir nuestro tour, muy cerca estaba el London Eye, desde ahí puedes ver toda la ciudad por 32 Libras, así que si no le temes a las alturas, es una muy buena oportunidad para ver Londres desde lo más alto.

Caminar al lado del Rio Támesis, hasta encontrarnos de frente con el Tower Bridge, tomando un café, fue la cereza en el pastel para terminar nuestra travesía por ese día. Después de haber caminado tanto, estábamos exhaustos, era justo y necesario que descansáramos para recargar baterías, aun nos faltaban muchos días y bastantes kilómetros por recorrer.

Para los amantes de la naturaleza y la relajación, Londres les ofrece una gran cantidad de parques, mi preferido, el Hyde Park, si les gustan los cisnes, no pueden obviar este lugar, todos ellos son propiedad de la Reina, esta es la razón por la que son tan queridos, además en el Hyde Park, específicamente en los Kensington Gardens, se encuentra la estatua de Peter Pan, puesta ahí por el mismísimo J. M. Barrie, creador de este personaje, desde ahí, por el Green Park y hasta el St James Park se encuentra el camino en memoria de la Princesa Diana de Gales.

Londres no es una de las ciudades más visitadas del mundo por casualidad, es maravillosa, con diseños arquitectónicos impresionantes tanto en las zonas residenciales como en las comerciales, es imposible que no te antojes de comer en los pubs tan lindos y cálidos que encuentras en cada calle, la admiración y el respeto que los ingleses le tienen a su Reina es uno de las cosas que te atrapa en esta ciudad, no se imaginan la cantidad de turistas que asisten al cambio de guarda, siguiendo desde cerca el desfile desde el St. James Palace hasta el Buckingham Palace, acto que inicia a las 10:30, en una próxima entrada les daré más información de esta ceremonia.

Definitivamente Londres es un must en la lista de lugares por conocer.

Besos, Ele.

Dra. Elena Arias
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